Todos los que tenemos esta afición común nos hemos planteado alguna vez esta
pregunta: ¿qué moto me compro? La respuesta no es nada
complicada, pero en la siguiente serie iremos desgranando poco a poco los tipos
de moto, con sus ventajas e inconvenientes.
Lo primero que hay que saber cuando queremos adquirir una moto es, además de
si el banco se fía de nosotros (todo un reto hoy en día), cual es el
uso que le vamos a dar. Me diréis que es un poco complicado saber esto, pues si
nunca habéis tenido ninguna, no os imagináis el uso que le podéis dar.
Bien, sinteticemos un poco el abanico de posibilidades. Lo mejor es partir de
la base de cual ha sido nuestro estímulo para meternos en el
mundo de las dos ruedas. Puede ser porque necesitamos desplazarnos por ciudad
frecuentemente, y entre aparcar el coche, la hora, los aparcamientos y demás,
acabamos perdiendo un montón de tiempo y dinero. O puede ser que nuestra
intención sea viajar, porque nos guste conocer sitios y el ir en moto añade un
elemento de aventura y diversión al viaje.
O bien, puede que conozcamos a varias personas de nuestro círculo de amigos
que tengan una y nos apetezca compartir la afición con ellos, ya que nos morimos
de envidia cada vez que oímos sus aventuras. Incluso podemos ser un poco cabra
loca, que nos encante el mountain bike y queramos experimentar la tierra y el
barro pero sin dar pedales (cansarnos, nos vamos a cansar lo mismo o más)
Y por último, incluso nos podemos haber planteado la compra para ir a
divertirnos con ella a un circuito, hacer alguna carrerita contra algunos amigos
o incluso, inscribirnos a alguna competición y demostrar lo rápido que podemos
llegar a ser (o lentos, que hay de todo).
Así por lo tanto, las posibilidades que tenemos para comprar son casi
infinitas: scooters, ciclomotores, naked, deportivas, sport-touring,
touring, trail, streetfighter, enduro, supermotard, etc. Y con un gran abanico
de precios, potencias y marcas. ¡Para aburrirnos!
Pero sobre todo, lo más importante, es que no existe una moto mala,
sino una mala compra.