Por primera vez, los Tribunales acreditan lo que muchos sabemos: que las multas son para recaudar, no para prevenir. Obra en poder de El Antirradar una sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Castellón, de fecha 26 de octubre de 2010, interpuesta por un guardia a quien se le detrajo “como escarmiento” (así lo considera acreditado la sentencia) su complemento de productividad de 150 euros por no poner multas. En su recurso de alzada, se le contestaba a este guardia desde la superioridad que “desde el mes de agosto anterior no se ha observado ninguna infracción durante los servicios realizados, cuando anteriormente se observaba una media de 100 infracciones mensuales, con el agravante de no haber reconducido su actitud después de haber sido apercibido”. He aquí la prueba palpable que muchos necesitan ver para creérselo, en forma la confesión de parte, de que quien más multa, más cobra. No es una comisión por multas, pero casi.
Alegaba el recurrente que dicho complemento no se computa en esos términos, sino en las horas trabajadas, nocturnidad, auxilios, festivos trabajados, etcétera y que, no habiendo variado su proceder en estos ámbitos, no procedía la detracción del complemento.
El pronunciamiento del Tribunal no puede ser más duro, concluyente y, también, esclarecedor de la política de la DGT respecto a la seguridad vial. Así, estima la sentencia, en su fundamento jurídico tercero que “ […] aún cuando se aceptara la inadmisible tesis según la cual los miembros de la Guardia del Destacamento de Tráfico son una especie de recaudadores, y que su productividad se mide por el número de denuncias cursadas, tesis a todas luces contraria a lo dispuesto en los arts. […], de modo que la finalidad del procedimiento sancionador en materia de tráfico no sea la prevención general y especial de la infracción y con ella seguridad del tráfico, sino el incremento de recaudación del Estado, se habría de considerar que el Suplemento de Seguridad Vial no tiene por objeto la retribución de productividad por objetivos, sino la productividad fundada en realización de jornadas en condiciones de especial penosidad, cuales son las realizadas en horario nocturno o en festivos […], sin que en este caso la denegación del complemento se haya fundado en falta de realización de tales jornadas, sino en la disminución del número de denuncias cursadas, que ninguna relación guarda con el citado complemento”.
La sentencia, claro, es favorable a las pretensiones del guardia demandante, y contra ella no cabe recurso. Seguro que pronto vienen muchas más.
Menos multas, más auxilios
Lo triste es que haya que llegar a juicio por trabajar con sentido común. El estajanovismo multador que Interior y la DGT habían impuesto a la Guardia Civil de Tráfico se ha transformado, como un patito feo que se convierte en cisne, en más auxilios en carretera a los conductores. Esta no es la policía de tráfico que quiere el Gobierno, pero sí la que quieren los españoles, hartos de que les vacíen la cartera “por su seguridad”.
Nada menos que 88.000 auxilios en carretera más entre enero y septiembre de este año, un 10% más, hasta alcanzar los 970.000. Esto es lo que ha estado haciendo con su jornada laboral la Guardia Civil de Tráfico en vez de poner multas (un 40% menos hasta septiembre), para desesperación del contable de la empresa llamada DGT, S.A., Pere Navarro y de su consejero delegado, Alfredo Pérez. Y también, y he aquí lo más triste, para la inmensa mayoría de los jefes de Destacamento de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, que, o bien han optado por traicionar los principios fundacionales del Cuerpo, o bien han confundido el deber de obediencia con la promoción personal.
Según los datos publicados por Europa Press, el número de auxilios en carretera no ha descendido desde que empezara la denominada huelga de 'bolis caídos' sino que ha aumentado. En junio se pasaron de 91.376 auxilios en carretera en 2009 a 99.668 en 2010; en julio, de 99.292 a 101.586 auxilios; en agosto de 97.292 a 128.877 auxilios; en septiembre, de 90.309 a 118.099 auxilios.
Llama también la atención la evolución de número de atestados instruidos, prácticamente estancado pese al notable aumento de la accidentalidad en términos interanuales, de más del 10% tanto en siniestros mortales como en víctimas.
¿Puede decirse que alguien esté huelga por hacer su trabajo, y por hacerlo, además, con aplicación y denuedo? No, a menos que convengamos en que el trabajo de la Guardia Civil de Tráfico es poner multas, y que, además, se les prime por ello, algo que siempre se han negado desde Interior y la DGT. Los Tribunales de Justicia, sin embargo, y como vemos, no lo tienen tan claro.
texto extraido de www.elantirradar.com web muy interesante.
saludos Pelomolon