PANEURO500 Admin
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| Tema: Las luces de Xenon - fuente CIRCULA SEGURO Dom 25 Jul 2010, 04:11 | |
| ¿Para qué sirve el xenón de los faros? (1)
Posted: 18 Jul 2010 09:07 AM PDT
Si a uno acude al paraíso de las lamparas y pide la reina de las bombillas de xenón, lo que le darán será algo similar a una especie de zepelín de cuarzo, como la imagen que encabeza este humilde artículo. No es que más el sistema de iluminación de 15 mil vatios de un proyector de cine IMAX. Este tipo de fuente luminosa son utilizadas para muchísimas cosas debido a su eficiencia, poder lumínico y su similitud con la luz natural diurna. Eh, para un momento. ¿Has dicho similitud con la luz diurna natural? Eso puede que no acabe de cuadrar, porque todo el mundo sabe que los famosos faros de xenón, que cada vez montan más coches, producen una luz azulada, nada que ver con la iluminación solar. La respuesta es muy sencilla: lo que se usa en automoción no son bombillas de xenón. Entonces, ¿por qué les llamamos faros de xenón? Pues porque somos unos incultos. Además, la palabra mola. No farda nada decir «ya verás que lámparas de haluro metálico trae mi coche nuevo», que es lo que deberíamos decir. Aunque los faros de los vehículos en efecto contienen ese gas noble, el origen físico de la luz es otro. Tanto las bombillas de xenón (las de verdad), como las lámparas de haluro metálico son lo que se conoce como lámparas de descarga. Por lo tanto, el dispositivo es similar al que vemos en la foto de la bombilla del proyector IMAX. La lámpara contiene dos electrodos metálicos enfrentados (normalmente, de tugnsteno), pero sin tocarse. Como no hay contacto, en condiciones normales la corriente eléctrica no puede pasar. Sin embargo, si se llega a acumular suficiente carga eléctrica en uno de los electrodos, al final se puede producir una chispa, similar a un rayo de tormenta (la famosa descarga). Cuando se produce la descarga, el gas que queda entre ambos electrodos se convierte en un plasma, el cuarto estado de la materia. En este estado, se convierte en un buen conductor de la electricidad, por lo que la corriente puede continuar atravesando el espacio entre los electrodos aunque la tensión disminuya un poco. Si el gas entre los electrones fuera aire normal y corriente, gran parte de la energía producida se malgastaría produciendo diferentes reacciones químicas (por ejemplo, el oxígeno se convertiría en ozono), y la humedad podría producir cortocircuitos. Por lo tanto, para mantener el entorno lo más estable posible, el sistema se introduce dentro de una campana protectora hermética, donde se ha substituido el aire por un gas inerte.
Todo esto está muy bien, pero ¿cómo se produce la luz? Además de gas, el interior de la bombilla contiene trazas de sales metálicas (lo que los químicos llaman haluros; un compuesto que contiene un átomo halógeno y otro metálico) y un poco de vapor de mercurio (aunque, debido a su toxicidad, se están empezando a utilizar bombillas sin mercurio, pero por desgracia son incompatibles). Los átomos de estas substancias (en total, apenas unos miligramos, si llega) se encuentran flotando mezclados con los del gas principal. Cuando se establece la corriente eléctrica que atraviesa por el canal de plasma entre ambos electrodos, estas metálicas absorben una pequeña parte de la energía, que después vuelven a emitir en forma de luz. Para explicar en detalle como se produce esta absorción de energía y reemisión de luz, antes tendría que explicaros toda la mecánica cuántica, cosa que obviamente no voy a hacer (aunque nunca está de más recordar que, cada vez que encendemos una de estas bombillas, estamos demostrando experimentalmente que la mecánica cuántica es más o menos correcta; la Física no es algo alejado de la realidad). Pero si alguien ha estudiado un poco en bachiller, quizá le suene el concepto de transición electrónica. Por lo tanto, la luz procede de los pocos átomos de mercurio y compuestos metálicos que flotan en el gas, cuya única función es convertirse entre los electrodos para permitir el paso de la corriente. A parte de eso, cuanto más inerte sea el gas, mejor. Por ese motivo, normalmente se usan gases nobles (que son el equivalente a los adolescentes, demasiado vagos para producir ninguna reacción química interesante). De hecho, normalmente se utiliza argón, simplemente porque es el gas noble más habitual en nuestra atmósfera (y por lo tanto, más barato). Estas son las lámparas que podemos encontrar en la mayor parte de los alumbrados públicos y de instalaciones deportiva, como la que podemos ver en la imagen anterior. Entonces, ¿para qué sirve el xenón que contienen los faros que montan cada vez más vehículos hoy en día? La respuesta… el próximo martes.
Fotos | Atlant, Mg rotc2487
¿Para qué sirve el xenón de los faros? (y 2)
Posted: 20 Jul 2010 12:46 PM PDT
El pasado domingo comenzamos a revisar el principio físico que permite que los (quizá incorrectamente) denominados faros de xenón alumbren nuestro camino mejor y gastando menos. Sin embargo, llegamos a la conclusión que cualquier gas noble podría llevar a cabo el mismo papel que el xenón. Entonces, ¿por qué específicamente ese gas? Hagamos un resumen de lo que dijimos en el anterior artículo. En primer lugar, la tensión eléctrica entre dos electrodos de tungsteno ioniza una pequeña región del gas noble que se encuentra entre ellos, llevándolo al cuarto estado de la materia, el plasma. A partir de ese momento, se forma un canal de plasma que permite el paso de la corriente eléctrica entre ambos electrodos. Parte de esta energía es absorbida por átomos de mercurio y pequeñas moléculas de haluros metálicos que están evaporados y mezclados con el gas noble. Mediante un proceso cuántico, esa energía absorbida es reemitida en forma de luz más bien azulada, que es lo que vemos. Es decir, el único cometido del xenón es ionizarse y permanecer lo más inerte posible. Pero, como dijimos, eso lo puede hacer cualquier gas noble. Y, de hecho, el argón es más barato y disponible en la atmósfera. La mayoría de lámparas de descarga (como las utilizadas en los sistemas de iluminación pública y de instalaciones deportivas) utilizan argón. Los faros utilizados en automoción son una de las pocas excepciones, donde se utiliza el gas noble xenón. El motivo es muy simple: uno de los mayores inconvenientes de las lámparas de descarga es que necesitan un largo periodo de activación. Es muy sencillo verlo en las farolas de nuestras calles y autopista, así como en instalaciones deportivas modestas: cuando se encienden, las bombillas de descarga empiezan emitiendo luces rojizas de muy baja intensidad (como en la imagen a continuación), tardando unos minutos en alcanzar la luminosidad nominal. Cuando la bombilla está fría, el mercurio y los haluros metálicos que contienen no están en estado gaseoso. Cuando se enciende, el propio plasma proporciona el calor necesario para evaporarlos y que puedan emitir luz. Pero eso requiere cierto tiempo. ¿Os imagináis que ocurriera lo mismo con el alumbrado de nuestros vehículos? Sería bastante inconveniente tener que esperar unos minutos a que los faros estuvieran suficientemente calientes. Incluso sería muy peligroso no tener la luz a nuestra disposición cuando la necesitamos repentinamente, como por ejemplo entrando en un túnel. Afortunadamente, el xenón precisamente pone remedio a este inconveniente.
En los instantes iniciales, cuando los faros están fríos, la fuente de alimentación suministra una tensión eléctrica mucho más elevada de la normal. Gracias a ello, además de convertir el gas xenón en un plasma, la energía disponible es suficiente para excitar cuánticamente los átomos del gas. Posteriormente, los átomos vuelven a su estado normal emitiendo luz. Este mismo proceso sería posible con argón, o con cualquier otro gas. Pero la estructura atómica del xenón es tal que la luz emitida es visible y de gran calidad. Precisamente por eso, las lámparas de xenón se utilizan en muchas aplicaciones industriales y cotidianas (como la bombilla del proyector de cine IMAX que os mostré en el anterior artículo). Cuando el mercurio y las sales metálicas han alcanzado la temperatura de funcionamiento, el sistema reduce la tensión suministrada a los electrodos. Esta nueva tensión es insuficiente para excitar el xenón, pero no importa: los metales recién evaporados producen la característica luz azulada que todos conocemos. Por lo tanto, de alguna forma los faros de descarga utilizados en automoción son un 2 en 1. Durante los primeros instantes funcionan como bombillas de xenón, pero durante la mayoría del tiempo trabajan como lámparas de haluro metálico normales. Como veis, el funcionamiento es muy diferente al de las bombillas incandescentes, normales o halógenas. En primer lugar, requieren de un transformador eléctrico capaz de elevar la tensión proporcionada por la batería, y que además debe detectar si los metales ya están suficientemente evaporados como para empezar a emitir luz sin ayuda del xenón.
Por otra parte, debido a que tienen formas diferentes, la distribución de la luz al salir de la bombilla cambia. Y por lo tanto, los elementos reflectantes instalados en el interior del faro para enfocar la luz hacia donde el conductor la necesita son diferentes a los de las bombillas normales. No podemos poner una lámpara de descarga en el zócalo de una normal. En tercer lugar, hay estudios científicos que demuestran que, en igualdad de intensidad, la luz azulada característica de estos faros deslumbra un 40% más, probablemente debido a que el ojo es más sensible a esas tonalidades. Para evitar el riesgo de cegar a otros conductores, la ley obliga a instalar un sistema de regulación automática de la altura y de un lava faros.
Es decir, no se pueden instalar lámparas de descarga en un coche que no ha sido diseñado para ello. Si se intenta hacer, la magnitud de las reformas necesarias es tan grande que probablemente sea necesario pasar una revisión ITV extraordinaria (como al instalar la bola para enganchar un remolque, por ejemplo). Es algo que Morrillu ya nos advirtió hace año y medio: cuidado con los kits de xenón que podéis encontrar en mercadillos o por internet, ya que tienen todas las papeletas para no ser seguros, ni legales. En Circula seguro | ¿Para qué sirve el xenón de los faros? (1) Fotos | MSVG, BQZip01
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