Hace unos días hacía mención a la poca cabeza que tienen algunos conductores de motocicleta, que se embarcan a la aventura con cuatro trapos por encima, y hablábamos de las mínimas prendas que deberíamos llevar aunque sólo fuésemos a comprar el pan.
Hablando de equipamiento, debemos distinguir entre dos tipos fundamentales: las confeccionadas en cuero o bien en otro tipo de materiales sintéticos. La mayor ventaja de los primeros es que tienen una gran resistencia a la abrasión. Además, suelen adaptarse muy bien al cuerpo por lo que se evitan el típico flaneo que se producen cuando se circula a velocidades elevadas.
En contra, el cuero sin otro tipo de tratamiento, no es lo más adecuado para el mal tiempo. La lluvia y el frío penetran sin remedio, por lo que como mínimo, todos llevan forros en su interior. Últimamente se les están aplicando tratamientos hidrófugos que evitan que nos mojemos.
Por su parte, los tejidos sintéticos son mucho más versátiles. Disponen de mayor cantidad de refuerzos y posibilidades de ajuste. Además son mucho más utilizables para el día a día ya que son completamente adaptables a nuestras necesidades: bolsillos, varios tipos de forro, cintas de ajuste, etc. Suelen tener un precio algo inferior a las prendas de cuero y aceptan mucho mejor los distintos tratamientos para combatir el agua y la lluvia.
Pero no sólo de estos materiales se confeccionan las cazadoras. También los pantalones y los guantes presentan los mismos tipos de materiales, aunque estos últimos, junto con las botas, tienden a perder rápidamente las propiedades aislantes y, sobre todo, de protección frente al agua. Esto es debido a que son prendas que deben tener una gran flexibilidad y la gran cantidad de movimientos repetitivos deterioran el material en las distintas dobleces que se crean.
El próximo día, trataremos las prendas especiales para el calor y para el frío, que el invierno está a la vuelta de la esquina.