La DGT ha puesto en marcha una campaña de publicidad en radio para advertir a los conductores que el uso de un detector de radar está prohibido con la entrada en vigor de la Reforma de la Ley de Tráfico. Esto se debe a que en esta reforma no se deja muy claro qué tipo de aparato –avisador, detector o inhibidor- está permitido o prohibido. Y la sanción es de 6.000 euros y 6 puntos del carné.

Tres son los mecanismos que permiten, de alguna forma, “defenderse” de los radares con los que han plagado las carreteras. Por un lado el avisador, que simplemente conociendo la posición de nuestro coche mediante un GPS y sabiendo los sitios en los que habitualmente hay radares nos avisa de que llegamos a un sitio en el que puede haber un radar.

El segundo es el detector, un sistema que recibe las señales que envía el radar de Tráfico y nos avisa de que nos aproximamos a uno de ellos. Este sistema es más caro y sofisticado, y según el tipo de aparato puede tener más o menos fiabilidad. En cualquier caso avisa con muy poco tiempo y no siempre detecta los radares, por lo que nos pueden multar por exceso de velocidad, aunque es más difícil.

Y por último está el inhibidor. Este es el sistema perfecto para no ser cazado por un radar, porque lo que hace es emitir unas señales para que el radar deje de funcionar correctamente. Este es el único que en la nueva Reforma está expresamente prohibido.

Esta nueva Ley de Tráfico en su artículo 65 correspondiente al Cuadro General de Infracciones y en el que se refiere a infracciones muy graves dice literalmente: “Conducir vehículos que tengan instalados inhibidores de radar o cualesquiera otros mecanismos encaminados a interferir en el correcto funcionamiento de los sistemas de vigilancia del tráfico”.

Yo no soy un experto en leyes, pero creo que la redacción es tan ambigua que cabe todo, y es así como les gusta legislar a nuestros políticos. Los avisadores de radar, los que al menos hasta ahora eran perfectamente legales y que incluso en algún momento la DGT ha recomendado su uso, también interfieren en el correcto funcionamiento de los sistemas de vigilancia. Los conductores que poseen uno de estos aparatos instalados tienen menos posibilidades de ser pillados por un radar.

En la campaña de publicidad de la DGT se habla de que están prohibidos los detectores porque al permitir que unos automóviles circulen más deprisa que el resto estos ponen en peligro a los buenos conductores.

Si unos coches llevan instalado un avisador que permite rodar un poco más ligero, creo que también eso supone un grave peligro para los otros conductores que no llevan ese avisador. Lo normal es que por las carreteras, en tramos despejados, los conductores circulen un poco por encima del límite de 120 km/h.

Si van tres o cuatro coches circulando, digamos a 135 km/h, y de repente el primero de ellos recibe el aviso de su equipo legal de un posible radar, de manera instintiva pisará el freno y se creará una situación de peligro. Sobre todo si los demás no tienen un equipo de estos.

Por supuesto, yo no estoy en contra de los avisadores, ni de los detectores de radar. Lo que sí estoy es a favor de unas leyes claras que digan exactamente lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer. Y por supuestro unas leyes que sean para que las cumplan todos los ciudadanos.

Esa postura que dice la DGT en su campaña de que los conductores que llevan en sus coches instalado un detector de radar ponen en peligro a los demás, es muy bonita, pero los que también ponen en peligro a los buenos conductores son todos los coches de políticos, de jueces, de grandes empresarios o simplemente de policías o de escoltas que, sin sirenas y sin una urgencia concreta, hacen caso omiso de las normas. Y si no que se lo pregunten al Presidente de la Junta de Extremadura y a su "apretada" agenda. Ellos sí que tienen un buen inhibidor… de multas y además legal.

EN.EL CONFIDENCIAL

PASCU

RAFAGAS