El dispositivo irá instalado en un coche patrulla de la Guardia Civil y permitirá
identificar los vehículos no asegurados mientras circulen Desde hace un año y medio la Dirección General de Tráfico (DGT) mantiene un frente abierto para atajar la existencia de conductores que circulen con vehículos sin el preceptivo seguro a terceros.
El problema no es menor, ya que se estima que más de 400.000 coches de toda España se encuentran en esta situación de ilegalidad, que además, cada año cuesta decenas de millones de euros al Estado. Y es que cabe recordar que las imprudencias de estos conductores acaban siendo costeadas por el Consorcio de Compensación de Seguros, pagado por el resto de asegurados.
Sólo en 2008, según datos ofrecidos por este consorcio, estos accidentes de tráfico por conductores sin póliza supusieron un coste de 40,2 millones de euros.
Para dar caza a estos temerarios al volante, la DGT cuenta con una flota de 13 coches patrulla de la Guardia Civil equipados con radares y lectores de matrícula, que permiten identificar de manera automática los vehículos que no disponden del seguro obligatorio. Al menos dos de ellos operan en Andalucía, en las provincias de Granada y Sevilla, aunque este verano, a partir del próximo mes de julio, uno de estos trece «cazamatrículas» recalará en la provincia de Cádiz, para perseguir a los miles de conductores sin seguro que se multiplican en las carreteras gaditanas con el inicio del verano.
El novedoso dispositivo cuenta con una cámara de vídeo digital, capaz de captar el número de las matrículas de los vehículos y comprobar automáticamente si el propietario dispone de una póliza del seguros. Para ello, un ordenador cruza la matrícula obtenida con los datos telemáticos del Fichero Informativo de Vehículos Asegurados (FIVA), que desde octubre puede consultarse en los coches patrulla. Si la matrícula cazada no aparece en esta base de datos, el propio sistema alerta a los agentes. Aunque la denuncia no es telemática y deberán detener al conductor para comprobar si, efectivamente, el supuesto infractor no tiene el recibo de la póliza. Cabe recordar, no obstante, que desde el pasado mes de octubre no es objeto de denuncia el no disponer del justificante del seguro obligatorio.
Denuncia automática Las personas que sean denunciados por no contar con el seguro, no pierden puntos del carné de conducir, aunque la demanda sí puede acarrear una multa administrativa que puede ascender desde un mínimo de 1.000 euros (para los ciclomotores) a los 1.500 euros, para los turismos no asegurados, y hasta los 2.600 euros, para los vehículos pesados. Además, los agentes de la Guardia Civil que detengan a un conductor sin el obligatorio seguro, pueden inmovilizar el vehículo sancionado y enviarlo a un depósito.
Por segunda vez en Cádiz La iniciativa de instalar este tipo de radares, llevada a cabo por la DGT en colaboración con la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y el Consorcio de Compensación de Seguros, arrancó en enero de 2008, y en apenas un mes analizaron más de 180.000 matriculas, que concluyeron en un total de 572 denuncias. El proyecto, sin embargo, sigue en estado casi embrionario, pues aún son pocos los vehículos de la Benemérita que forman la flota de «cazamatrículas» y sólo funcionan en trece provincias de toda España.
En la de Cádiz, este tipo de vehículos no están establecidos de manera permanente, sino sólo en los meses de verano. De hecho, esta será la segunda ocasión en que este tipo de radar opere en carreteras gadianas, después de que el pasado año, uno de estos coches patrulla circulara por la provincia en los meses de julio y agosto, aprovechando la masiva afluencia de turistas que llegan a las zonas de playa por vacaciones.
Según la Dirección General de Tráfico, este sistema de radar móvil puede ser utilizado, además, para detectar otro tipo de infracciones a la Ley de Seguridad Vial. Como los excesos de velocidad. Aunque también permitirá detectar si un vehículo no ha pasado la inspección técnica (ITV) e incluso conocer si el automóvil ha sido robado o está requerido por los Cuerpos de Seguridad del Estado, por medio de la consulta telemática de otras bases de datos de la Guardia Civil.
En las carreteras de la provincia, la DGT cuenta con un total de 14 puestos de control de velocidad fijos, que dan cobijo a siete radares o «cinemómetros», además de una treintena de radares móviles. Sistemas pensados para detectar a los conductores que pisan el acelerador por encima de los permitido. Además, Tráfico también dispone de 18 cámaras digitales ideadas para leer las matrículas de los vehículos. Aunque éstas últimas, a diferencia de los radares, no son utilizadas por ahora por la DGT para detectar posibles infracciones de la Ley de Seguridad Vial, sino sólo para calcular la fluidez del tráfico en puntos conflictivos de la red viaria. Las cámaras, instaladas en los últimos dos años, permiten captar e identificar una matrícula en diferentes puntos de un tramo de carretera y calcular así el tiempo medio que los vehículos tardan en recorrerlo en situaciones de retenciones o atascos. Una información que se ofrece, además, a los conductores a través de diferentes paneles informativos. Este sistema no se utiliza aún para detectar excesos de velocidad media, ya que de hecho la legislación sólo autoriza la medición de velocidad en puntos kilométricos concretos, pero no por tramos. El Gobierno, no obstante, planea una reforma de la ley que autorice el uso de radares por tramos.
PASCU
RAFAGAS