Según los estudios de la DGT, estas infraestructuras podrían reducir hasta un 18% la mortalidad de los usuarios de motos.
Apenas el 38 por ciento de la red viaria autonómica gallega (2.045 kilómetros) cuenta con sistemas de protección para motoristas, unas infraestructuras que según los estudios de la DGT podrían reducir hasta un 18 por ciento la mortalidad de los usuarios de motos.
Para reivindicar la instalación de estos sistemas, motoristas de toda Galicia recorrerán el próximo 18 de abril las carreteras de la Comunidad, desde la Alameda de Ferrol a la Plaza de Santo Domingo en Lugo.
Pretenden, de este modo, llamar la atención del nuevo gobierno de la Xunta, presidido por Alberto Núñez Feijóo, para establecer comisiones de trabajo conjuntas, tal y como existen en Cataluña o Madrid, en las cuales se vayan marcando metas concretas y a corto plazo. Aseguran que sólo así las promesas se corresponderán con los hechos.
El Plan de Seguridad Vial de Galicia para el período 2006-2010 recogía, como una de sus prioridades, la inversión 9,6 millones de euros para la instalación de sistemas de protección para motoristas.
Hasta el pasado febrero la Xunta había tramitado la instalación de estas barreras en 2.045 kilómetros de la red viaria autonómica.
En 2008 fallecieron en las carreteras gallegas 27 motoristas, una cifra que, aunque un 38,6 menor que la del año anterior, sitúa todavía a este colectivo como uno de los mayores damnificados en los accidentes de tráfico. «Nos sentimos desprotegidos», asegura Mónica Bernaros, directora de comunicación de la Asociación Motera Gallega.
Las administraciones son conscientes del problema. Eso por lo menos se deduce del compromiso del Ministerio de Fomento de invertir más de 43 millones de euros para que este año la red de carreteras del Estado contará con 1.500 kilómetros equipados con sistemas de protección para motoristas.
No obstante, a día de hoy la Cuesta de la Sal en A Coruña o la autovía A-52 entre Porriño y Vigo, siguen siendo dos puntos negros para la seguridad vial de los casi 100.000 motoristas que conforman el parque gallego.
Los impactos contra los guarda raíles son, con un 18 por ciento, la segunda causa de mortalidad entre los motoristas según constató en 2007 un estudio de la DGT y el CIDAUT.
Esta cifra se incrementa hasta el 52 por ciento en las muertes producidas tras una salida de vía con caída previa. Cuando un motorista cae estas biondas actúan «como si fueran una guillotina», explica Barreiros.
Las muertes por impacto directo contra estos sistemas, que ya fueron declarados como peligrosos en 1995, no son los únicos peligros a los que se enfrentan los motoristas al caer.
Los guarda raíles instalados en las carreteras españolas están pensados «para contener vehículos, no motociclistas», aclara el responsable de proyecto europeos del CIDAUT, Aquilino Molinero, por lo que en muchos casos el motociclista se cuela por debajo con el consiguiente de despeñarse o de sufrir cortes muy profundos.
En este sentido, los nuevos sistemas de protección, compuestos por una doble bionda, reducirían o por lo menos mitigarían las lesiones producidas en la colisión. «Lo que se intenta es que sea como una sábana que recoja al motociclista cuando se sale», añade Molinero.
Eso siempre que se instale correctamente, algo que no está ocurriendo, por ejemplo, en la Autovia que une Padrón y Cedeira, denuncia Barreiros: «Los están colocando del principio de la curva hasta la mitad», pero no en la salida de la misma que es donde van a caer los motoristas.
No obstante, los guarda raíles no son el único enemigo de los motoristas. El asfalto en mal estado, la falta de drenaje de las carreteras y deficiencias en los peraltes, complican diariamente la circulación de los motoristas por la red autonómica.
PASCU
RAFAGAS