Patentado un soporte elástico que evita las muertes de los motoristas por colisión contra una señal vertical
Loli López y Javier Fernández (Pachi, para los amigos) son dos personas normales y corrientes que han circulado mucho por nuestras carreteras. A sus 36 años, Loli ha llevado ambulancias de la Cruz Roja y autobuses. Pachi, con 40 años, es conductor de tráiler. Tantas horas al volante dan para escribir un libro, y por eso en su ir y venir Loli y Pachi han visto de todo: cosas buenas… y cosas no tan buenas.
Como consecuencia de su experiencia como conductora, Loli tuvo una idea. Y su marido la ayudó a hacerla realidad. Cansada de ver que los postes de las señales eran un verdadero peligro para todo tipo de vehículos, pero especialmente para los motoristas, Loli inventó un dispositivo para evitar ese problema. Y es que, según el INTRAS, de cada 100 muertes en moto, 17 se producen por colisión contra los soportes de las señales verticales.
Loli diseñó un soporte especial para la señalización vertical. Es un objeto elástico que, convenientemente fijado en el suelo, sirve de base para el poste de la señal. En caso de colisión el soporte hace que la señal se incline contra el suelo. De esta forma, el dispositivo absorbe buena parte del impacto, salvaguardando la vida de la persona que choca contra el poste de la señal. Un silent-block, una platina y algo de tornillería son la base del invento, que de momento se encuentra en fase de preproducción.
Loli patentó el soporte y lo presentó en la la Feria Internacional de Ideas e Inventos celebrada el pasado mes de junio en Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Ahora está pendiente de que le certifiquen el ingenio, que ya ha sido presentado a diversos cargos de la Administración, tanto de la Generalitat de Catalunya como del Ayuntamiento de Madrid. Loli asegura que el invento no les parece una idea descabellada y que incluso le han comentado que el soporte podría acabar incorporándose a nuestras vías.
Ahora, este matrimonio de improvisados inventores anda de empresa en empresa, buscando a alguien que quiera fabricar el dispositivo. Explican que el coste aproximado de una pieza es de unos 120 euros, aunque una producción en serie podría resultar bastante más barata. Si tenemos en cuenta que el coste para la sociedad de cada muerte sobre el asfalto es de unos 860.000 euros, según cálculos de FITSA, esos poco más de cien euros serían una inversión que se amortizaría sobradamente con sólo instalar el invento y sin necesidad de utilizarlo.
El caso de Loli y Pachi nos recuerda que en ocasiones se puede llegar a la solución para los conflictos de nuestras vías sin grandes departamentos de diseño industrial, sin enormes logotipos ni nombres de renombre. Eso sí, empleando un poco de ingenio y ganas de atajar ciertos problemas que resultan ya demasiado cotidianos. Para muestra, este botón: la historia de Paco, un motero que por el mal estado del asfalto acabó en una silla de ruedas tras chocar frontalmente contra una señal vertical.