Los extremos no son buenos. Ni es bueno salir siempre sólo ya que no compartes experiencias con otros motoristas y al final acabas pareciendo un “enlatado” más, ni tampoco es bueno salir siempre acompañado de más gente porque de vez en cuando todos necesitamos nuestro espacio y disfrutar de nuestra afición en solitario. Pero cuando de verdad se disfruta es cuando puedes rodar con moto en grupo pero para ello, es imprescindible guardar unas pequeñas normas para que todo vaya rodado.
Para empezar es muy importante que todos los participantes conozcan la ruta o al menos los principales puntos de paso de la misma. Una buena idea es, el día o días antes, mandar la posible ruta en Google Maps para que todos puedan ver por dónde se va a circular.
El día de salida de la ruta hay que ser puntuales y lo más importante, llegar con todos los deberes hechos. Es decir, la moto con el tanque lleno, el cuerpo con las necesidades cubiertas y el equipaje en caso de llevarlo bien sujeto. Por supuesto habremos dedicado al menos, la noche antes, unos minutos a revisar la moto en los aspectos más importantes como neumáticos, frenos, luces, aceite, etc.
Dentro del grupo se deben establecer jerarquías y pequeñas reglas de fácil comprensión y que todos comprendamos. Delante deberá ir un conductor con relativa experiencia, que conozca la ruta y que sea capaz de imprimir un ritmo que no sea ni muy lento ni muy rápido.
Detrás debería ir el comodín, el conductor más experimentado de todos. Primero debe ser paciente porque a veces se encontrará rodando lento, pero otras veces se quedará cortado en adelantamientos o similares y por lo tanto, deberá poder recuperar el terreno perdido con prontitud. Que tenga conocimientos de primeros auxilios por si se encuentra un accidente, que tenga experiencia en llamar a la asistencia también ayuda e incluso alguna noción de mecánica para soluciones rápidas.Por supuesto, debe llevar el número de teléfono de la persona que va delante para avisarle de cualquier incidencia, por si fuese necesario que diesen la vuelta.
Entre medias de ellos se situarán el resto de integrantes del grupo que rodarán preferiblemente sin adelantarse y en las zonas de autopista o carreteras amplias, a tresbolillo es decir, en zig zag. Esto permitirá tener más visibilidad de lo que sucede delante y con ello, una mayor seguridad al rodar. Únicamente se rodará en fila india en zonas de curvas y con distancia de seguridad.
Si observamos que nuestro ritmo es más lento que la moto que rueda detrás, facilitaremos el adelantamiento. Es un problema menos para nosotros y para el que nos sigue y además podremos aprender de él. Eso sí, nunca por encima de nuestras posibilidades ya que es muy peligroso y uno de los motivos por los que más caídas se producen.
Si queremos adelantar, lo haremos siempre en zonas permitidas y a ser posible avisando al que nos precede con el fin de no asustarle. Al final es un compañero y lo que menos queremos hacer es meternos en un problema.
En los tramos curvos es donde el grupo se rompe, por ello las rectas deben aprovecharse para reunir a todos los miembros. Circulando por ellos a ritmo normal, facilitaremos que se enganchen de nuevo con mayor facilidad y además minimizaremos el riesgo de que nos pueda fotografiar un radar.
Los repostajes se realizarán en función de la moto que menos autonomía tenga. Y a no ser que puedas asegurar que tu moto aguanta hasta el siguiente, lo mejor es hacerlo todos a la vez y no tener que parar de nuevo por “ese que siempre se despista”.
Por último, ser autocriticos con nosotros mismos. Sin saliendo con un grupo no estamos cómodos porque nuestra moto no es capaz de rodar bien con ellos, o nuestras aptitudes no son las correctas (tanto porque rodemos más lentos como más rápidos), lo mejor es cambiar de grupo y minimizar riesgos.
Foto vía Flickr | Craig Howell
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