Leyendo el foro de URE (Union Radioaficionados Espanoles) me encontre un post de un motero (ya jubilado) que hace 50 anos cruzo el polo artico en moto en una lambretta, siendo el primer espanol en hacerlo.
Hizo un reportaje grafico al respecto y lo publico.
Aqui os dejo el resumen.
Perdonar haya omitido mi obligada matización al no comentar que fui marino mercante durante muchos años—demasiados—y gran aficionado a las dos ruedas, hasta que un día descubrí, año 1958 podía llevar a una moto a bordo reglamentada con factura de embarque, matrícula y por supuesto la carta verde del seguro, cuando llegaba a un puerto extranjero solicitaba a la Aduana permiso para circular.
Llevaba a bordo una Lambretta de 125 cc, con la que me desenvolvía por las ciudades que atracaba, en cierta ocasión se nos presentó la oportunidad de cruzar el Círculo Polar Ártico a 66º 33’ N con la scooter, y una Guzzi de 75 cc, propiedad del segundo oficial. Comenté que seríamos los primeros españoles que traspasaríamos el paralelo del Círculo Polar Ártico con tales máquinas impropias para La Laponia finlandesa.
Era nuestro primer viaje en la primavera de 1960 atracamos a un muelle del puerto de Kemi para cargar tablones de madera de pino—cosa fina—el puerto se encuentra en lo fondo del golfo de Botnia en el Báltico y según las cartas que teníamos encima de la mesa en el cuarto de derrota, comprobamos que solamente no separaba del Círculo Ártico 01º49’, por carretera y siguiendo el Río Kemi unos 160 kilómetros, pasando por Rovaniemi la ciudad más próxima.
Habiendo conocido Rovaniemi en los sesenta, no tiene nada que ver con la actualidad, amplias avenidas y paseos a orillas del Kemi, aeropuerto y capital de la Laponia finlandesa, convertida en lugar de deportes blancos, expediciones con potentes motos de nieve, de ahí la similitud con Benidorm , antaño puerto de pescadores, Rovaniemi grandes rebaños de renos y siempre ciudad pintoresca con un atractivo añadido si tienes suerte puedes quedar tocado para el resto de tus días, contemplando una Aura Boreal, jamás olvidaras ese espectáculo de luces y colores que solamente la naturaleza puede crear tal belleza, en mis años navegando por el Golfo de Botnia fui premiado en tres ocasiones y aunque se trata del mismo fenómeno, siempre eran diferentes en sus bailes de luces y aureolas. Seguiré con el relato pero antes una foto de la Guzzi . Un fuerte abrazo y espero no defraudaros, Juan/EA5HL.
La expedición la componía, el segundo oficial, el oficial radiotelegrafista y el que suscribe el”Viejo”.
Salimos temprano un sábado temprano de Kemi y llegamos a Rovaniemi bien entrada la tarde y como estaba lloviznando nos metimos en la primera cafetería que nos tropezamos, situada en una calle muy ancha y con edificios bastantes separados con terreno con un corralito a forma de entrada, tanto camareras como clientes nos acogieron con curiosidad manifiesta al ver unos tipos morenos, pelo negro con bigote más bien bajitos en comparación con los indígenas de tez blanca y pelo rubio, no me acuerdo de cómo pasamos la noche si durmiendo o compartiendo unas botellas de Coñac Terry malla Blanca, lo más parecido a un fulminante matarratas radioactivo, la aduana nos permitió un botella por cabeza, o sea tres, más otras dos camufladas Ya sería las once de la noche, pero con sol casi fuera corrió la voz por las diseminadas viviendas unifamiliares que unos seres extraños con coñac, habían llegado al pueblo, los asistentes con grandes muestras de cariño se trasegaron las cinco botellas, las llevábamos para hacer efectivo con su venta, pero tenías que ser un malvado para cobrarles esas “frascas”. A la mañana siguiente bajo las indicaciones del único superviviente del eterno amanecer, nos hizo un croquis para llegar al km en que la carretera cruza El Círculo Polar Ártico, a los 66º33’ N.
Menos mal que éramos expertos en terrenos nevados, en la foto se adivina una capa de nieve sobre el camino de tierra, el lugar estaba compuesto por unas chozas construidas con pinos, donde en verano se abrían para que los apenas turistas nórdicos pudieran tomar un café o té, y también alguna chuchería alegórica como pudiera ser un reno hecho de un trozo de madera a punta de navaja. Desde allí emprendimos la vuelta a Kemi, a pesar del barro pudimos llegar a bordo sobre las siete de la mañana del lunes a continuar la carga de madera. Total dos días sin pegar ojo y a currar, por dar ejemplo me mantuve a la vista de mis tripulantes, pues todos pensaban que me metería en la piltra rápidamente, pero no les di ese gusto. Saludos moteros
Increible, y fijaros en la ropa de frio, como la de ahora. jajajaja.
Antonio