No es la primera vez que veo la patente de uno y, por supuesto, no será la última. Me estoy refiriendo a los espejos
retrovisores multifuncionales que pueden mostrar multitud de datos para, en teoría, ayudar al conductor. Pero en la práctica, ¿realmente ayudan o pueden convertirse en una fuente de distracciones?
El modelo que podemos ver en la foto de cabecera corresponde a la patente de
Selle Italia de un espejo retrovisor destinado al uso en motocicletas. El problema que surge en los vehículos de dos ruedas es que no disponen del suficiente espacio para mostrar toda la información que, por ejemplo, nos puede proporcionar el cuadro de mandos de un vehículo.
Además, con ello se intenta que
el conductor mire con más frecuencia el espejo retrovisor ya que en él se le estará mostrando otro tipo de información necesaria. Sin embargo, este exceso de información puede hacer que
nos despistemos y no prestemos la suficiente atención a lo que sucede delante de nosotros.
Los retrovisores como tales sirven para que de un simple vistazo, podamos hacernos una idea de lo que está ocurriendo detrás de nosotros pero en ningún caso es recomendable que
nos quedemos embobados mirando las lucecitas que nos han puesto. Hay bastantes posibilidades de que nos comamos el coche de delante o una curva, por ejemplo. Imaginaros llegar a este extremo:
En él podemos ver que nos muestra quién nos está llamando, los SMS que hemos recibido al móvil, temperatura y humedad exterior, avisos de radares, navegador…
¿Realmente es tan importante todo esto? Yo creo que no. El flujo de información debe ser en todo momento el estrictamente necesario para que de esta forma evite despistes o distracciones absurdas y peligrosas.
Quizás sea mucho más recomendable los dispositivos que proyectan datos en el parabrisas, evitando que tengamos que
apartar la vista de la carretera. Incluso ya existe algo similar para los motoristas pero en este caso, la información es proyectada en la visera del casco, un lugar mucho más seguro.
PASCU
RAFAGAS