Hoy leía la noticia de una joven de treinta años que había fallecido en Córdoba después de haber sufrido un accidente mientras disfrutaba de unas vueltas en compañía de unos amigos en un circuito de karts. Parece ser que la muerte se produjo después de que
la bufanda se le hubiese enganchado en el coche, ahogándola y haciéndole perder el control.
Pero esto no es nuevo. En 1927, la bailarina estadounidense
Isadura Duncan, moría estrangulada después de que la estola que llevaba al cuello mientras circulaba a en el asiento del copiloto se enredase en la rueda trasera del vehículo, provocándole la muerte de forma inmediata. Y es que
hay que tener mucho cuidado con las prendas que usamos.
En el día a día, y circulando en nuestro automóvil, un caso similar al de Isadora es bastante complicado, no ya porque la mayoría de los coches sean cerrados, en los que no sobresalen las rueda, sino porque esa forma de vestirse, con largos pañuelos o estolas no es lo más común en la ropa diaria de la mayoría de las mujeres.
Pero si las bufandas, que en otro tipo de vehículos como son las motocicletas, pueden provocar un accidente o incluso la muerte.
Una bufanda mal colocada y no suficientemente bien asegurada, por encima de la chaqueta se nos puede desprender, acabando enredada en cualquier parte de la moto. Imaginaros que se os enrolla en la rueda delantera o en la trasera. La pérdida de control está prácticamente asegurada. Aún si tenéis suerte y solo se os lía en la cadena, podéis tener una avería nada agradable.
Si lleváis una bufanda porque posiblemente la necesitéis luego,
lo mejor es llevarla correctamente guardada en el bolso, o bien debajo del asiento si se trata de un scooter. Para el frío en el cuello mientras circuláis, lo mejor es un sotocasco o similar.
Pero no sólo las bufandas entrañan peligro. Los
abrigos largos pueden provocar la misma situación: se pueden enganchar en el piñón de ataque de la moto y forzar nuestra caída. Incluso podemos enganchar un pie en él al intentar ponerlos en el suelo en un semáforo, acabando con nuestros huesos de forma ridícula en el suelo. Una chaqueta de, como mucho, 3/4 de longitud y protecciones es lo mejor para el invierno. Ya existen fabricantes que simulan chaquetas de vestir con protecciones que perfectamente pueden pasar por ropa normal una vez bajados de la moto.
No os la juguéis,
mejor una gripe en casa que no un par de meses en el hospital PASCU RAFAGAS